Motivación para estudiar

Estudiar un tema que no nos parece interesante o que es difícil de comprender puede ser un problema. Sentarnos a leer o a repasar el contenido nos parece algo imposible y distraernos con cualquier cosa se hace más fácil que nunca. Sin embargo, estudiar es una responsabilidad que no debemos evitar así que debemos encontrar una motivación para estudiar y de sacarle el máximo provecho posible.

¿Qué hacer cuando no quieres estudiar? Esto no es algo que enseñen en la escuela, pero motivarse a uno mismo es posible y aparte es esencial si queremos superar los retos a los que nos enfrentamos en la vida académica y laboral. Por este motivo hemos recolectado una serie de consejos que te ayudaran a disfrutar de tus sesiones de estudio y lograr abordar hasta los temas más aburridos de una forma dinámica.

La mejor motivación para estudiar es el premio.

¿Qué sucederá cuando domines el tema y apruebes tu examen?, ¿Cómo te sentirás cuando te des cuenta de que fuiste capaz de hacer algo que te parecía imposible?, ¿Qué beneficios a largo plazo traerá superar este reto? Estas son algunas de las preguntas que debes hacerte cuando pienses en estudiar ese tema que tanto te cuesta, o cuando sientas la tentación de ponerte a hacer otra cosa.

motivación estudiar

Enfocar nuestra atención en los beneficios que conseguiremos luego de estudiar el contenido y superar las evaluaciones nos dará un buen empujón inicial. Hay que tener en cuenta de que cada pequeño paso que demos nos acercara más a esta recompensa.

Procúrate un ambiente ideal

Cada persona es un mundo, por este motivo lo mejor que puedes hacer por ti mismo antes de empezar, es asegurarte de que te encuentras en ambiente que te haga sentir estimulado y cómodo, especialmente porque estas a punto de realizar una actividad que no te produce mucho entusiasmo.

Algunas personas disfrutan estar sentadas en una silla solitaria de algún café ruidoso, rodeado de personas, pero sin interactuar, porque estar en un ambiente dinámico los ayuda a activarse. Otros necesitan estar completamente aislados. Queda de tu parte descubrir cuál es el ambiente que se adapta más a tus necesidades.

Empieza por lo más difícil

Aunque esto parezca una locura, en realidad te facilitará un poco el proceso de estudios. Esto se debe a que cuando recién empezamos a estudiar es cuando nos encontramos más “frescos” lo cual facilita la comprensión y la retención. A medida que va pasando el tiempo, nuestra capacidad de concentración va disminuyendo y nos vamos acercando a la hora de tomar un descanso.

Cuando comenzamos por la parte más difícil, contamos con toda la energía del comienzo para abordar su dificultad y lo mejor de todo es que al terminar, el resto de los ejercicios o contenido nos parecerá mucho más fácil.

Haz las cosas poco a poco

No hagas las cosas con poca antelación, ya que si empiezas a estudiar contando con poco tiempo antes de la evaluación sentirás mucho estrés y ansiedad. Esto dificultará mucho más que logres sentir la suficiente motivación para estudiar como para sentarte y empezar a hacer algo, ya que a la vez pensarás que “ya es muy tarde” o que “no podrás aprender los temas en tan corto tiempo”.

De igual forma, al empezar a repasar un tema difícil o que simplemente nos produce mucho desinterés, lo ideal es que lo hagamos calmadamente y por partes. De esa manera sentirás que vas dominando la información poco a poco y evitarás agobiarte y sobrecargarte de contenido.

Escucha música

Esta opción es válida siempre y cuando la música no te distraiga o afecte notablemente tu nivel de concentración en lo que estás haciendo. Puedes buscar es YouTube mix de música clásica o instrumental que suelen ser ideales para colocar de fondo mientras estamos haciendo alguna tarea y pueden hasta resultar estimulantes.

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Mantente estimulado usando recompensas

Una de las maneras más divertidas de mantener la motivación para estudiar antes y durante es dándote a ti mismo alguna recompensa luego de terminar las actividades que tienes pendientes. Si mientras estudias tienes en mente que al finalizar obtendrás algo placentero, conseguirás estudiar con más ánimo y dedicación. Hay muchas formas de establecer un sistema de recompensas, como, por ejemplo:

  • Establece un objetivo (terminar con todo un capítulo del libro antes de las 4) y una recompensa (ir a ver una película)
  • El nivel de recompensa debe variar dependiendo del nivel de dificultad de la actividad que debes realizar.

Lo más importante es que seas realista contigo mismo y no te des “recompensas” cuando en realidad no hayas hecho nada.

Acepta tus niveles de estrés.

No caigas en negación cuando se trate de aceptar que no te gusta para nada un tema en específico porque te parece muy difícil o aburrido. Aceptar que nos enfrentamos a un reto por alguna u otra razón, es el primer paso para superarlo. Aparte, un poco de estrés positivo te hará sentir el nivel de presión que necesitas para mantenerte enfocado.

Sin embargo, la idea no es que te sientas abrumado por la presión. Simplemente debes tener en mente que, si no haces lo que tienes pendiente, lo más probable es que salgas perjudicado de alguna manera.

Piensa en las consecuencias

Este paso es bastante similar a pensar en las recompensas, pero a la inversa, ya que si pensar en los beneficios que obtendremos por nuestras acciones nos impulsa a actuar, el pensar en las cosas malas que nos pueden suceder si no lo hacemos produce básicamente el mismo efecto, pero la sensación de satisfacción se ve reemplazada por el miedo.

Es importante que durante todo este proceso logres cambiar tu perspectiva sobre lo que significa “sentirse desmotivado”, ya ese pequeño obstáculo fastidioso es lo que te mantiene alejado de alcanzar metas que tendrán muchos beneficios para ti a largo plazo.

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